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- ¿Es realmente el estrés un enemigo de nuestras mascotas?
¿Qué es y cómo podemos ayudar a nuestros perros y gatos a enfrentarlo? En los últimos años escuchamos hablar de forma frecuente de un "enemigo silencioso" que afecta tanto a los humanos como a otros animales y muchas veces utilizamos la expresión "es que está muy estresado", sin comprender muy bien de qué se trata o si tenemos alguna opción para combatirlo y garantizar una mejor calidad de vida para nosotros y para nuestros animales. Pues bien, en este artículo quisimos adentrarnos un poco en este concepto y acercarte a él con una visión científica, pero expresada en un lenguaje sencillo que nos permita entenderlo y abordarlo como es debido. ¿Qué es el estrés? Se trata un importante mecanismo natural de todos los organismos vivos, que está ahí no como "el enemigo" necesariamente, sino como una herramienta que nos permite identificar posibles situaciones peligrosas cuando nos enfrentamos a un cambio en nuestro ambiente o a un espacio nuevo y poder así garantizar que estemos alertas y sobrevivir. Sin embargo, el objetivo del estrés en nuestras mascotas y en nosotros mismos no se trata únicamente de crear un estado de alerta, pues al mismo tiempo es una invitación a desarrollar las estrategias adecuadas para poder adaptarse a esas situaciones y continuar con la vida a pesar de las circunstancias. Categorías del estrés Desde la ciencia se dice que existen dos categorías de estrés: El eustrés, que es aquel con el que el animal o la persona consigue adaptarse, haciendo que esa situación que inicialmente era molesta o desagradable, termine convirtiéndose en algo cotidiano que no supone mayores implicaciones y que no genera incomodidad física o emocional. Es decir, es la categoría del estrés a la que deberíamos poder llevar a los animales que se encuentran en una situación nueva o incómoda. El distrés, que es todo lo contrario. Cuando, a pesar de los esfuerzos y encuentros constantes, el individuo no llega a acostumbrarse a esa situación y continua percibiéndola como algo muy desagradable, esto termina afectando no sólo a su estado emocional, sino también a su salud física. Es a esta forma de estrés a la que normalmente hacemos referencia cuando nos hablamos de un estrés negativo o desagradable, y es la que debemos evitar que ocurra en nosotros o en nuestros animales. Un ejemplo para comprender mejor ese concepto, sería cuando se conocen por primera vez un perro y un gato que van a convivir juntos en un hogar. En ese primer encuentro, es muy probable que ambos animales se sientan inseguros y en peligro frente al otro individuo al que no conocen, y expresen claramente su miedo y estrés al acercarse. A medida que pasan los días, si se realiza un proceso de presentación adecuado y respetuoso, cada uno de ellos empieza a darse cuenta de que el otro realmente no es tan peligroso como inicialmente creían y que no le ocurren cosas desagradables en su presencia. Si esto es así, lo más probable es que, pasado un tiempo, ambos animales se adapten o se acostumbren el uno al otro y su nivel de estrés disminuya (eustrés), logrando finalmente la confianza mutua e incluso la amistad entre ambos. Pero si por algún motivo, por una mala experiencia durante el proceso, por una persecución o si alguno de los dos no logra adaptarse a la cercanía del otro, ese estrés se convierte entonces en algo que se mantiene en el tiempo y genera cada vez más miedo e inseguridad. Esto lo convierte en un distrés que no permite la adaptación y requerirá de una intervención etológica profesional para intentar ayudarle a superarlo. Ese distrés (estrés no adaptativo) en perros y gatos es un asunto que no debe tomarse a la ligera. Al igual que en los humanos, nuestras mascotas pueden experimentar estrés que afecta seriamente su comportamiento y su salud en general. ¿Qué lo puede detonar? El estrés en nuestras mascotas puede ser desencadenado por varios factores. Puede ser el resultado de un cambio en el entorno como una mudanza, la llegada de un nuevo miembro a la familia o la ausencia o cambio en las rutinas diarias, así como el resultado de que el animal no pueda satisfacer sus necesidades básicas conductuales. También puede ser causado por traumas previos o por enfermedades físicas. Además, es importante revisar nuestro estado emocional, porque varios estudios han demostrado que existe un vínculo tan fuerte entre las personas y sus mascotas que muchas veces los animales pueden afectarse cuando nuestras emociones están alteradas, esto porque existe una gran empatía entre especies diferentes. ¡Es esencial aprender a reconocer las señales de estrés en nuestras mascotas! El estrés se manifiesta a través del lenguaje corporal, las expresiones faciales, algunos cambios en el comportamiento habitual y hasta en las constantes fisiológicas de los animales. En los perros: en su lenguaje corporal muestran señales de tensión, rigidez corporal y desvían la mirada. Suelen tener las pupilas dilatadas, la respiración rápida que se acompaña por jadeos y sus pulsaciones cardíacas aumentadas. También presentan exceso de salivación y una conducta hipervigilante. Pueden manifestar comportamientos alterados como vocalizar en exceso, destrozar objetos, temblar, intentos de huida, búsqueda de atención constante o cambios en sus hábitos de alimentación. En los gatos: las señales pueden incluir esconderse más de lo habitual, orinar fuera de su caja de arena, aumentar las conductas de marcaje con las uñas, vomitar frecuentemente o dejar de comer. En ocasiones, pueden tornarse menos cariñosos y evitar el contacto físico del que antes disfrutaban. Su lenguaje corporal también es de tensión y rigidez, sus orejas se dirigen hacia los lados o hacia atrás, presentan piloerección (pelo erizado), sus ojos permanecen muy abiertos con sus pupilas dilatadas y, a veces, pueden jadear. Algunas herramientas para mitigar el estrés Si notas que tu mascota muestra signos de estrés, es crucial tomar medidas. Primero, si el estrés es causado por un cambio en el entorno o en la composición familiar, intenta restablecer la rutina normal lo más pronto posible. Si es causado por una enfermedad física, es importante hacer una visita al veterinario cuanto antes. En algunos casos puede ser necesaria la ayuda de un profesional de la etología que implemente terapias de modificación de conducta y, en casos graves, incluso consultar con un Médico Veterinario Etólogo para suministrarle algunos medicamentos ansiolíticos. Además, aquí te dejamos algunos consejos prácticos que puedes implementar para ayudar a disminuir el estrés en tus mascotas: Mantén una rutina regular: las rutinas a nuestros perros y gatos les proporcionan una sensación de control sobre su entorno que ayuda a reducir los niveles de estrés. Es importante aclarar que éstas deben ser flexibles. Esto significa que debes establecer unos rangos horarios en lugar de tener horas fijas para las diferentes actividades. En el caso de los perros, salir a pasear todos los días les ayuda a regular su estado emocional. Con los gatos, el hacer los menores cambios posibles en su entorno los tranquiliza y les evita problemas de estrés. Proporciona un refugio seguro: asegúrate de que tu mascota tenga un lugar seguro y tranquilo al que pueda acudir siempre que se sienta estresada. Este lugar debe ser cómodo y es importante que nadie la moleste mientras se encuentre allí. Haz tiempo para el juego: el ejercicio físico y el juego pueden ser excelentes maneras de aliviar el estrés en nuestras mascotas. Proporcionarles unos 20 ó 30 minutos todos los días, fortalecerá el vínculo contigo y les ayudará a liberar tensiones. Considera la terapia con feromonas: las feromonas son sustancias químicas que los animales utilizan para marcar sus territorios, comunicar algunos mensajes y sentirse más tranquilos. Algunas de ellas tienen además un efecto relajante que les ayuda a recuperar la sensación de seguridad. Resultan muy útiles cuando tenemos previsto realizar cambios físicos como mudanzas, reformas o cuando vamos a viajar con ellos a un espacio nuevo. Presenta los cambios de forma gradual: cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas, nuestro sistema nervioso está en un estado de mayor sensibilidad y atención a todo lo que lo rodea. Mientras más cosas cambien a la vez, mayor será la sensación de agobio emocional, porque tendremos que dedicar más energía a varios frentes al mismo tiempo, lo que rápidamente nos lleva al agotamiento emocional y físico. Lo ideal es enfrentar a los animales, en la medida de lo posible, con un solo cambio a la vez, permitiendo que se adapten progresivamente y así estén más dispuestos y preparados para el cambio siguiente. Por ejemplo, cuando los sometemos a la castración, debemos evitar cambiar su comida el mismo día que regresan a casa después de la cirugía. Lo ideal es realizar el procedimiento médico y no hacer más cambios en su entorno hasta pasados unos días. Cuando ya no tengan dolor y se hayan recuperado por completo, podemos realizar el cambio en su alimentación si así se desea. Esto les permite vivir cada proceso gestionando el distrés hasta convertirlo en eustrés para poderse enfrentar nuevamente los demás cambios. Recuerda que nuestras mascotas dependen de nosotros para su bienestar. Si observas signos de estrés en tu mascota, es tu responsabilidad tomar las medidas necesarias, tan pronto como sea posible, para ayudarle a sentirse segura y feliz de nuevo. Reconocer y manejar el estrés en nuestras mascotas no sólo mejorará su calidad de vida, también fortalecerá el vínculo que compartimos con ellas, su salud física y ayudará a mejorar la convivencia y el bienestar de todos.
- ¿Cómo decir "Te Quiero" a tu mascota?
5 Consejos para llenar su corazón de amor Cuando los humanos pensamos en demostrar amor, a menudo nos enfocamos en el contacto físico: caricias, besos y abrazos, así como palabras de afecto. Instintivamente, buscamos transmitir a nuestras mascotas el inmenso amor que sentimos por ellos de la misma manera que lo haríamos con otro ser humano. Sin embargo, aunque estas muestras de cariño pueden ser bien recibidas por muchos, para nuestros compañeros animales existen otras formas de amor que verdaderamente los llenan de alegría y les hacen sentir lo importantes que son para nosotros. Por eso es crucial comprender el comportamiento y las necesidades de nuestras mascotas para poder demostrarles nuestro amor de manera más efectiva. Aquí te presentamos algunas estrategias más profundas desde una perspectiva etológica, que te ayuden a saber "cómo decir te quiero a tu mascota" y a conectar con ellos de manera más significativa: Comprende su lenguaje corporal: Los animales no hablan nuestro idioma, pero tienen su propio lenguaje corporal que nos indica cómo se sienten y lo que les agrada o incomoda en cada momento. Por ejemplo, un perro que mueve la cola generalmente está contento, mientras que si un gato lo realiza puede ser una señal de que está incómodo y enfadado. El gato de la foto, no se siente nada cómodo con la presencia y la caricia de la niña, y se lo manifiesta a través de su lenguaje corporal. Intenta aprender y entender estos indicadores para responder adecuadamente a las necesidades de tu mascota. Respeta su espacio: Al igual que los humanos, los animales necesitan su propio espacio para sentirse seguros y cómodos. Esto podría ser una cama o un rincón especial en tu hogar donde tu mascota pueda retirarse cuando necesite tranquilidad. Igualmente, hay momentos del día y lugares de su cuerpo en que desean tus caricias y mimos, y otros en los que prefieren no ser acariciados. Conocer sus gustos te ayudará a ser más asertivo en tus interacciones. Juega de la manera que a ellos les gusta: Jugar es esencial para el bienestar físico y mental de las mascotas. Sin embargo, la forma de jugar puede variar entre perros y gatos. Mientras que los perros suelen disfrutar de juegos de buscar y traer, los gatos prefieren la caza simulada con juguetes que imitan a las presas. Dedicar cada día una sesión de juego dirigido de 15-20 minutos, ayuda a desestresar a los animales, los ejercita física y mentalmente, y les fortalece ese lazo de confianza que los une a sus humanos. Establece una relación de confianza: El vínculo entre un perro o un gato con los humanos es único, es una parte importante de la vida de una mascota. Los perros, al ser una especie social, necesitan interactuar con otros animales y personas para desarrollarse adecuadamente. Para los gatos, la confianza con esos humanos que los rodean es fundamental. Asegúrate de que tu mascota siempre sienta que puede confiar en ti, no le hagas bromas pesadas como asustarlo, ni lo corrijas regañándolo en momentos inoportunos, porque entonces no podrá confiar en ti, desarrollando miedos y hasta conductas agresivas. Enséñale enfocándote en los aciertos: El adiestramiento no tiene que ser una tarea ardua. De hecho, puede ser una excelente manera de demostrar amor a tu mascota. Los humanos hemos estado muy concentrados en evitar y corregir los errores, pero nos olvidamos de que una parte fundamental del proceso de aprendizaje consiste en darse cuenta de qué cosas hacemos de la forma correcta, para poder resaltarlas e invitarnos a repetirlas. Si nos premian o reconocen por una buena acción, es muy probable que deseemos repetirla en el futuro. Lo mismo ocurre con nuestros animales. Cuando recompensamos a nuestras mascota por el comportamiento deseado, en lugar de sólo castigar el indeseado, querrán repetir con más frecuencia aquello con lo que obtuvieron esa recompensa, promoviendo así comportamientos más adecuados y con la ventaja adicional de que estarás reforzando el vínculo entre tu mascota y tú. Ahora, ya conoces cinco formas diferentes a las tradicionales, con las que puedes saber cómo decir "te quiero" a tu mascota y demostrarle todo tu cariño, respetando su maravillosa naturaleza y permitiéndole sentirse realmente amada.
- 5 consejos para la alimentación de tu gato
Los gatos son todo un mundo y su alimentación requiere que tengas presente estos cinco consejos fáciles y prácticos para promover hábitos saludables con tus felinos, ¡conócelos! Es normal que la falta de apetito o cambios en la alimentación de los gatos sea un motivo de preocupación para ti, como cuidador. Aprender cómo se alimenta tu peludo, desde sus cambios en la comida hasta el entorno de su alimentación, te ayudará a asegurar una nutrición adecuada y, por ende, su bienestar. Cambios en la dieta y la importancia de la gradualidad: Los gatos son criaturas de rutina y pueden ser reacios a los cambios en su alimentación. Si realizamos un cambio brusco, como modificar la marca o el sabor del concentrado, es posible que se nieguen a comer. La neofobia, que es el miedo a lo nuevo, puede hacer que los gatos asocien lo desconocido con posibles peligros y opten por abstenerse de ingerir alimentos. Por lo tanto, es crucial introducir cambios en su dieta de manera gradual, sin importar si se trata de modificaciones en la presentación, en las formas o en el sabor. Lo ideal es permitir que el gato se acostumbre a nuevas opciones sin generarle estrés. A continuación, encontrarás los mejores 5 consejos para la alimentación de tu gato: Siempre debes tener presente que establecer hábitos de alimentación adecuados es esencial para garantizar que los animales reciban una dieta equilibrada. Aquí te compartimos 5 consejos generales: Comida disponible las 24 horas: es recomendable que el gato tenga acceso constante a sus recipientes de comida ya que se alimentan con pequeñas porciones durante el día (entre 8 y 10 diarias). Varios sitios de alimentación: coloca varios recipientes de comida en diferentes lugares de la casa. Lo ideal es que tengas, al menos, el mismo número de sitios de alimentación que el número de gatos, más uno adicional. Separar la comida del agua: evita que los recipientes de agua y alimento estén demasiado cerca para que los trozos de concentrado no caigan en el agua. Además, nunca se debe mezclar la comida húmeda con la seca o remojar el concentrado; los gatos prefieren la textura crujiente y es probable que lo rechacen si se mezcla o remoja. Ubicación de la comida: ubícala lejos del arenero del gato, debido a que, al igual que a los humanos, no les gusta comer en el mismo lugar donde realizan sus necesidades. Algunos gatos incluso prefieren comer en lugares elevados, como repisas o estantes, para sentirse más seguros y evitar interferencias con otros animales domésticos. Si tu gato sufre de sobrepeso, es muy importante que consultes con tu veterinario para hallar la causa de dicha condición. No siempre la solución adecuada es restringir la alimentación, en muchas ocasiones los gatos que sienten que su alimentación es escasa, sufren de estrés, y esto moviliza un sistema hormonal que hace que se engorden más. Con la ayuda de tu veterinario, diseña un plan de alimentación que pueda cumplir con las necesidades calóricas particulares de tu gatico, pero que respete este aspecto conductual y emocional, para lograr que no se disparen los mecanismos de estrés y puedas tener éxito en el proceso. Para ello puedes aumentar el número de raciones (ojala no menos de 5 al día), disponer la comida en juguetes interactivos que lo obliguen a moverse para obtener el alimento, entre otras. Al aplicar estos consejos mejorarás la experiencia de alimentación de tu peludo. Evitar malas experiencias y mantener una dieta consistente Es fundamental evitar situaciones que generen estrés o asociaciones negativas alrededor de la comida. Regañar al gato mientras come, forzarlo a comer o colocar su recipiente cerca de fuentes de ruido (como lavadoras), puede afectar su apetito; es importante que el entorno de alimentación sea agradable y tranquilo para el gato. En circunstancias especiales, por ejemplo, después de una cirugía o durante viajes, es crucial mantener una dieta consistente. En el caso de los gatos que necesitan ser castrados, se recomienda no cambiar su concentrado habitual el mismo día que regresan a casa después de la cirugía. Esto se debe a que durante la recuperación, el gato puede estar incómodo, estresado y adolorido, y puede generar una aversión alimentaria, es decir, asociará ese malestar físico con el alimento nuevo, por lo que no es recomendable hacer modificaciones en su dieta en ese momento para evitar que en el futuro lo rechace. Consulta a tu veterinario ¡Ojo! Recuerda que si tu gato no come durante todo un día es indispensable que consultes con el veterinario para descartar anomalías médicas, de igual forma, se aconseja buscar la orientación de un profesional en Etología felina para resolver cualquier dificultad emocional respecto a sus conductas. Al comprender y atender las necesidades específicas de los gatos en relación con su alimentación, podemos garantizar que disfruten de una experiencia agradable y saludable en su día a día. En Maestríanimal procuramos compartir información de valor y validez científica, te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales como @maestríanimal para que sigas aprendiendo sobre tus peludos y cómo mejorar su calidad de vida. ¡¿Qué estás esperando?! Referencias Bibliográficas: Rochlitz I. (2009). Basic requirements for good behavioural health and welfare of cats.In: Horwitz DF and Mills D (eds). BSAVA manual of canine and feline behavioural medicine. Gloucester, UK: British Small Animal Veterinary Assocation. (pp. 35–48). Macdonald DW, Yamaguchi N and Kerby G. (2000). Group-living in the domestic cat: its sociobiology and epidemiology. In: Turner DC and Bateson P (eds). The domestic cat: the biology of its behaviour. Cambridge, UK: Cambridge University Press. (p. 95). Bradshaw JWS. (2006) The Evolutionary Basis for the Feeding Behavior of Domestic Dogs (Canis familiaris) and Cats (Felis catus). The Journal of Nutrition. 136(7):1927S-1931S. Mejía, C, Amat, M y Torres, S. (2016). Capítulo 3. Comportamiento y Bienestar del Gato. Libro BIENESTAR ANIMAL, 3°edición, Editorial ELSEVIER España.
- ¿Por qué mi gato no come?
¿Has tenido la sensación de que tu gato no come? Descubre las posibles razones detrás de esta falta de apetito felino y aprende cómo abordar esta situación para garantizar la salud de tu mascota. ¡Lee más aquí! Aunque en situaciones extremas tanto perros como humanos pueden resistir el hambre por dos o tres días, los gatos tienen una dinámica de alimentación muy distinta. En estado natural, los gatos silvestres cazan aproximadamente de 8 a 10 presas pequeñas al día para obtener la cantidad necesaria de nutrientes. Por lo tanto, si dejan de comer durante un día, su organismo sufre un desequilibrio grave que pone su vida en peligro inminente. Pero, ¿cómo funciona su alimentación? Alimentación en gatos Los gatos tienden a comer pequeñas porciones a lo largo del día, picoteando su comida, por esta razón se generan conflictos con la expectativa que muchos tenemos de que los animales terminen todo el plato. Para comprender mejor debes tener en cuenta los siguientes puntos: Es esencial reconocer que el comportamiento de nuestro gato es normal. El hecho de que deje algo de comida en el plato y coma en diferentes momentos del día es parte de su naturaleza. Por lo tanto, no debemos alarmarnos si no termina toda su ración de una sola vez. Si notamos que nuestro gato deja de comer por completo durante un día, debemos prestar atención. En estos casos, es fundamental acudir al veterinario para descartar cualquier problema de salud. Existen diversas condiciones médicas, desde un dolor, trastornos gastrointestinales hasta infecciones o malestares gástricos, que afectan el apetito de nuestro felino. Además de las causas físicas, también debemos considerar el aspecto mental y emocional de nuestros gatos. Los cambios en el ambiente, como la introducción de nuevos objetos, muebles, la llegada de otro animal o persona y, en general, cualquier alteración en su rutina puede generarles estrés y afectar su apetito. Cacería como conducta natural Por otro lado, los gatos tienen un instinto natural de cacería que se remonta a sus ancestros salvajes. Sin embargo, el mito de que los gatos deben cazar para sobrevivir y que no se les debe proporcionar comida es incorrecto. Los felinos seguirán cazando, incluso, si se les ofrece una alimentación adecuada, es decir, es una conducta natural que les genera bienestar y está separada de la necesidad de alimentarse. Igualmente, no es apropiado fomentar la cacería. Por un lado, porque cuando los gatos cazan presas como aves o roedores, existe el riesgo de que ingieran parásitos, infecciones o sustancias tóxicas que representan un peligro para su salud. Además, actualmente los gatos domésticos representan un grave riesgo para la fauna, disminuyéndola y afectando el equilibrio de los ecosistemas y de algunas especies amenazadas. Así que es nuestra responsabilidad como cuidadores proporcionarles una alimentación completa y equilibrada, evitando que dependan de la caza para suplir sus necesidades nutricionales y que generen impactos ambientales inapropiados. Trastornos de alimentación en gatos De todas maneras, hay trastornos que pueden ser detonados por alteraciones físicas o emocionales y que son una señal clara de que el felino no está bien. Principalmente, presentan: Anorexia o hiporexia: dejar de consumir alimento de forma total o parcial, que como se mencionó antes, puede ser síntoma de muchas condiciones físicas y emocionales, y pueden poner en riesgo la salud de tu minino. Pica: ingesta de sustancias u objetos que no hacen parte de la dieta natural de un individuo o de una especie. En el caso de los gatos, puede darse en mayor medida con cauchos, elementos filamentosos, bolsas o plástico. Tricofagia: algunos animales se arrancan y comen su pelaje. Es importante tener en cuenta que los gatos son seres muy sensibles a los cambios en su entorno, esta condición se conoce con el nombre de neofobia (fobia a lo nuevo) y que por supuesto esta característica también influyen en su comportamiento alimentario. ¡No dudes en consultar ante cualquier anomalía! ¿Y si mi gato no come? Para abordar la falta de apetito o presencia de trastornos alimenticios en nuestro gato, se debe visitar al veterinario de manera inmediata para un examen exhaustivo. Y, si es el caso, debes buscar la orientación de un profesional en Etología felina para encontrar soluciones integrales que abarquen también su dimensión emocional y así resulten en intervenciones más efectivas. Además, presta atención a los posibles factores estresantes y proporciona un entorno estable y seguro para tu felino que garantice su salud y bienestar. En nuestro artículo 5 consejos para la alimentación de tu gato ampliamos más este tema. ¡Comparte esta información con los dueños de gatos! Con Maestríanimal creemos una comunidad respetuosa con los animales y su naturaleza.
- ¿Por qué mi perro come excremento?
Nuestros amigos caninos son criaturas fascinantes, pero a veces nos sorprenden con comportamientos extraños, como comer sus propias heces y las de otros animales. Si tu peludo ha desarrollado este hábito poco atractivo, no te preocupes, aquí te explicamos por qué tu perro come excremento y qué puedes hacer para solucionarlo. ¿Sabías que los trastornos alimenticios no son exclusivos de los seres humanos? De hecho, también afectan a nuestros amigos caninos. Estos trastornos pueden tener una serie de causas, como problemas de salud, cambios en la dieta o en el entorno del perro. Por eso, es importante prestar atención a los signos de trastornos alimenticios en nuestros perros y buscar de inmediato ayuda veterinaria si notamos algo fuera de lo habitual. Algunos de los trastornos más frecuentes son: Anorexia: el animal deja de comer por completo. Hiporexia: come menos de lo habitual. Polifagia: se alimenta en exceso. Pica: consiste en la ingesta de sustancias u objetos que no hacen parte de la dieta natural de un individuo o de una especie. Por ejemplo, comer piedras, palos, paredes, medias, zapatos, entre otros. De esto último surge la coprogafia, el consumo de heces propias o de otros animales. Causas de la coprofragia Los perros pueden comer popó o desarrollar la coprofagia por varias razones, tanto médicas como comportamentales. Es importante tener en cuenta que cada perro es un individuo único que puede reaccionar de manera diferente a las situaciones estresantes. Las causas más comunes de la coprofagia en perros son: Aburrimiento: los perros que no tienen suficiente estimulación, socialización y ejercicio tienden a aburrirse fácilmente y buscan formas de entretenerse, por lo que comer excremento puede ser una manera de distraerse. Hambre: si los perros no están recibiendo suficiente comida o no están siendo alimentados adecuadamente, pueden encontrar comida en cualquier lugar, incluso en sus propias heces. Evita las dietas inapropiadas. Estrés y ansiedad: algunos perros comen su materia fecal para llamar la atención de sus dueños.Si el perro se siente ignorado o abandonado, puede recurrir a la ingesta de esta para obtener cualquier tipo de atención, sin importar si es un regaño. Errores en la enseñanza de hábitos: en ocasiones, los dueños cometen errores al intentar enseñar dónde y cuándo hacer popó. Además, los castigos inadecuados o inoportunos pueden hacer que el perro asocie la presencia de popó con una experiencia negativa, lo que puede llevar a la ingesta de los desechos en un intento por ocultarlo para evitar regaños. Igualmente, es importante recordar que pueden existir factores médicos como infecciones, inflamaciones o dolores que pueden desatar esta conducta. La excepción a la regla ¿En algún momento es un comportamiento natural? Es importante destacar que la conducta de la coprofagia no es saludable; sin embargo, es una conducta que se da naturalmente cuando una perra tiene cachorros y necesita mantener su entorno limpio. Así que durante este tiempo, la perra ingiere la orina y la materia fecal de sus cachorros para mantener su espacio seguro. Es decir, es una conducta temporal que se da durante los primeros 20-30 días cuando los recién nacidos consumen únicamente su leche. ¿Qué puedo hacer si mi perro come popó? Es fundamental que en un primer momento consultes con un veterinario para descartar causas médicas, ya que existen varias enfermedades que pueden cursar con este síntoma. En caso de que sea un problema comportamental, es importante buscar asesoría etológica para abordar la raíz del problema. Así mismo, algunas actividades y acciones que puedes hacer para evitar la coprofagia son: Jugar con tu perro, brindarle atención y tiempo de calidad Retirar las heces lo más pronto posible Utilizar métodos de adiestramiento basados en refuerzo y estímulos positivos para fomentar el comportamiento de eliminación adecuado Usar juguetes interactivos. Incrementar el ejercicio físico Asegurate que le estas dando una dieta balanceada y equilibrada en nutrientes y en la cantidad apropiada para su edad, peso y nivel de actividad. La solución a este trastorno es multifactorial y requiere de paciencia, esfuerzo, disciplina y un acompañamiento oportuno de un profesional de la Etología, para prevenir y corregir este trastorno y recuperar la conducta apropiada. ¿Cuáles son los riesgos de que mi mascota coma popó? En el caso de los perros, su olfato por capas les permite detectar la concentración de proteína y fibra en la materia fecal de algunos animales como gatos, herbívoros y otros perros, lo que la hace muy atractiva para los canes. Sin embargo, esto no significa que ingerirla sea una conducta saludable, ya que los perros pueden adquirir parásitos y otras enfermedades si comen excremento de animales enfermos o no desparasitados; de hecho, algunos de estos parásitos pueden transmitirse a los humanos, lo que se conoce como zoonosis. Si la coprofagia no se trata adecuadamente, esta conducta puede evolucionar hacia conductas compulsivas o extremas, que pueden afectar negativamente la calidad de vida de nuestro peludo. Por lo tanto, es esencial que los dueños de mascotas presten atención a las señales que les envían sus animales. Si un perro muestra conductas inusuales, como comer sus heces, es importante buscar ayuda profesional con veterinarios y etólogos para determinar la causa subyacente y proporcionar la atención necesaria para mantener la salud y el bienestar de nuestras mascotas. ¿Te interesa el tema? Ya no tendrás qué preguntarte: ¿Por qué mi perro come excremento? Ni otras dudas cotidianas si nos sigues en nuestras redes sociales como @maestríanimal para seguir aprendiendo con nosotros.
- ¿Mi mascota está triste?
¿Sientes que tu mascota está rara o tiene una actitud diferente? En este artículo te contamos sobre los estados de ánimo en perros y gatos, cómo detectarlos y manejarlos. ¡Sigue leyendo! Los estados de ánimo en perros y gatos son tan variados como en los seres humanos. Desde el punto de vista biológico, físico y fisiológico, los animales vertebrados comparten las mismas estructuras y neurotransmisores que los seres humanos, lo que les permite sentir una amplia gama de emociones. Lo que varía es la manifestación de esos sentimientos, que puede ser diferente en cada especie. Como en las personas, hay ciertas señales corporales y comportamientos que indican cómo se siente un animal. Por eso, es importante prestar atención a su lenguaje corporal, hábitos de comportamiento y a su contexto para entender cómo se sienten y poder brindarles la atención y el cuidado que necesitan. Lenguaje corporal y comportamiento Los perros y los gatos tienen estados de ánimo que se comunican a través de sus posturas, movimientos y expresiones faciales. Sin embargo, es crucial tener en cuenta que el lenguaje de ambas especies es muy diferente. Por ejemplo, cuando un perro mueve la cola suele estar tranquilo o alegre, mientras que cuando un gato mueve la cola rápidamente de un lado a otro, suele estar incómodo, irritado e, incluso, puede estar a punto de agredir. Adicionalmente, cuando hay una alteración en el estado de ánimo los animales presentan conductas como: Esconderse Negarse a hacer actividades que normalmente disfrutan Evitar el contacto con personas u otros animales Dormir más o menos de lo habitual Dejar de comer o hacerlo en exceso Mostrarse agresivo Además, signos como las orejas hacia atrás, las pupilas dilatadas, la boca tensa, la postura corporal de alerta y las vocalizaciones constantes y agudas pueden ser indicativos de variaciones en sus emociones. Adaptación emocional Tanto perros como gatos logran experimentar sentimientos de tristeza, especialmente, cuando se separan de un compañero con el que tenían vínculos fuertes. Si bien pueden vivir el duelo y la tristeza, los animales suelen adaptarse más rápido a la ausencia que los humanos. Sin embargo, algunos perros llegan a desarrollar trastornos emocionales graves como la ansiedad por separación si no se les trata adecuadamente. Por otro lado, los gatos son seres semisociales, es decir, pueden disfrutar de la compañía, pero también retornan a su estado solitario con mayor facilidad, por lo que no suelen presentar trastornos de apego. ¿Qué puedo hacer? Si notas algún cambio en el estado de ánimo de tu peludo, lo primero que debes hacer es llevarlo al veterinario para descartar cualquier problema médico. En caso de que el animal esté sano, es posible que la tristeza se deba principalmente a un cambio ambiental, como una mudanza, cambios en el hogar o la pérdida de alguien. En este caso, algunas herramientas que puedes aplicar son: Dedica tiempo de calidad: asegúrate de pasar tiempo con tu mascota todos los días, jugando con ella, dándole caricias y mostrándole tu cariño. Esto les ayuda a mejorar su estado de ánimo y a sentirse más felices. Momento de ejercicio: el ejercicio es una excelente manera de mejorar el estado de ánimo de tu mascota. Pasear a tu perro o jugar con tu gato libera energía y reduce el estrés. Proporciona un ambiente estimulante: los animales necesitan estimulación mental y física para estar felices. Usa juguetes interactivos, dinámicas de escondites con comida y otros elementos que les permitan explorar su entorno. Y lo más importante, ¡sé respetuoso con su proceso y dale mucho amor! ¡Conoce a tu mascota! Lo normal es que nuestras mascotas salgan de esa situación en pocas semanas, pero si no lo hacen, es necesario consultar nuevamente con el veterinario para descartar cualquier alteración física o química en su cuerpo que pueda estar afectando una gestión emocional adecuada. Además, recuerda que si tiene un problema de comportamiento, es necesario que reciba terapia etológica para que el animal recupere su comportamiento natural a través de actividades que le permitan enfocarse en conductas más adecuadas y que lo lleven a un estado de bienestar. Siempre ten presente que cada animal tiene su propia personalidad y hábitos, por lo que es fundamental conocerlos bien para poder detectar cambios significativos en su comportamiento. Si alguna vez has notado estos cambios, te invitamos a poner en práctica estos consejos para detectar a tiempo y de forma activa cualquier problema y, así, tomar medidas que aseguren el bienestar de tu mejor amigo. ¡Comparte este artículo con alguien que lo necesite! En Maestríanimal te acompañamos con diferentes consejos, recomendaciones y asesorías en Etología, explora más aquí.
- ¿Cómo jugar sanamente con tu mascota?
Pasar tiempo con nuestro peludo debería ser uno de los momentos más deseados del día, pero, ¿te has preguntado si el tiempo que le dedicas es de calidad? A continuación encontrarás información para jugar sanamente con tu mascota. Primero, debes tener en cuenta si tienes de mascota a un perro o un gato, pues sus características sociales son diferentes y, así mismo, sus necesidades de juego. En particular, las razas de gatos no tienen grandes diferencias conductuales entre ellas, de hecho, tienen características muy similares y, por lo tanto, los mismos requerimientos. Sin embargo, pasa lo contrario con los perros, quienes sí presentan una gran variación según su raza debido a que su selección genética se dio teniendo en cuenta la función zootécnica, ¿esto qué quiere decir? Que, en ocasiones, la reproducción fue guiada por las habilidades de cada grupo canino y las necesidades de los humanos. Un ejemplo de lo anterior son las razas de tipo cazador (el beagle, bracos, galgo, cocker, golden y labrador retriever, etc.) o de tipo pastor (border collie, sheltie, pastor alemán) que se “perfeccionaron” para estas tareas específicas como mostrar la presa, hacerla volar o recobrarla una vez el cazador le dispara y, dada esta naturaleza, tienen requerimientos muchísimos más altos en cuestiones de actividad y juego que otros grupos de razas, como los de compañía o Toy. Normalmente, el tiempo mínimo de juego es de quince minutos, pero las sesiones para los perros más activos necesitan ser más largas y repetirse durante el día. Por ejemplo, no será lo mismo jugar con un Beagle o un labrador que requieren varias sesiones al día de 30-45 minutos, que hacerlo con un Shit-zu, Maltes o un Pincher, que con 15-20 minutos al día ya será suficiente. Estos tiempos son orientativos, pueden cambiar como hemos mencionado de acuerdo a la edad, la personalidad del individuo y a otros aspectos. ¿Cómo creamos vínculos sanos a través del juego? El lazo con los animales se relaciona con la confianza mutua. Somos más confiables para nuestros peludos cuando tenemos una conducta adecuada que se adapte a ellos y que no traicione su confianza, así empieza a fluir un sistema de comunicación más claro entre animal y humano. Para fortalecer este lazo mientras juegas de manera saludable ten en cuenta: Evita asustarlo, esto les incomoda y puede inquietarlos. Mide la fuerza que usas. Sé consciente de los movimientos y la intensidad que empleas en ellos. Ten presente que algunos perros disfrutan de los juegos cuerpo a cuerpo, pero, por ejemplo, los gatos no lo toleran bien, evita esos juegos con animales nerviosos y especialmente con gatos. Mientras estén jugando, presta atención de no lastimar a tu mascota. Por ejemplo, si juegas con tu perro usando mordedores, no sacudas de arriba hacia abajo, esto puede afectar su columna; haz el movimiento de manera horizontal/lateral. Comunícate con tu peludo. Hazle saber a tu perro o gato cuando algo te incomoda o te duele y cómo son las reglas del juego, no es necesario un regaño fuerte o un castigo, con hacer un sonido moderado y detener el juego unos segundos los animales comprenden las convenciones y el juego será mejor para ambos. El juego como elemento motivador. Usar juegos, caricias, palabras cariñosas o trozos de comida puede ser una forma de premiar a tu mascota luego de una acción o conducta agradable. Asegúrate que tu mascota realmente disfrute del elemento seleccionado y ten presente que cuando premias con juego, el animal puede tornarse un poco más excitado, por lo que resulta útil para conductas en las que quieras activarlo y no tanto para cuando deseas comportamientos más calmados. De esta manera, el mismo juego es la herramienta para guiar a nuestras mascotas hacia una actividad amena y adecuada. ¿Qué juguetes debo usar con mi mascota? En primer lugar, hay que identificar que existen dos tipos de juguetes: los interactivos, diseñados para que los animales disfruten en solitario, y les supone un reto mental muy interesante, y los tradicionales, usados en la relación entre humano y mascota. En cuestión de juguetes no hay una camisa fuerza sobre la cantidad que debes comprar o de qué color deben ser. Sin embargo, sí es importante tener presente ciertos elementos a la hora de escoger estos objetos. Presta atención al tamaño y a los materiales del juguete elegido, debes asegurarte de que no existe riesgo de atragantamiento y que no generará lesiones en dientes y encías. Para esto, busca que el material sea resistente, que el juguete no tenga piezas pequeñas y que esté libre de material tóxico. Además, si tienes un perro o un gato no uses juegos de tablet o juguetes con láser, esto les genera frustración ya que nunca logran atrapar el objeto, incluso, puede llevarlos a desarrollar algunas problemáticas graves de conducta como conductas compulsivas de persecución de luces y sombras. No lo olvides, jugar con tu mascota es una actividad importante que te ayuda tanto a ti como a tu mascota. ¡Desde Maestríanimal te invitamos a poner en práctica estos consejos para que jugar con tu mascota sea un momento increíble y responsable!
- Entendamos qué es la Etología
La Etología es un campo de estudio más cercano en nuestra cotidianidad de lo que el término parece indicarnos. Aquí te contamos qué es, con qué otras disciplinas se relaciona y cómo afecta tu día a día con tu mascota. Con frecuencia estamos en contacto con una gran cantidad de animales de forma directa o indirecta, especialmente con perros y gatos, por lo que pensamos mucho en su alimentación, desechos y salud física. A pesar de esto, estamos muy poco familiarizados con la Etología, un campo de estudio que nos permite comprenderlos y, efectivamente, brindarles el máximo bienestar mental y emocional. Para acercarnos a este término, que es mucho más cercano en el día a día que en su concepto, podemos resumirlo simplemente en que la Etología es la ciencia que estudia el comportamiento de cualquier animal, desde insectos hasta el vertebrado más grande. Esto como un primer acercamiento porque, como toda ciencia, tiene varios perfiles o ramas con las que puede abordarse. ¿Cómo se aborda el estudio de la Etología? Para ser etólogo o etóloga primero es necesario ser profesional en algún área relacionada con los animales o con la mente, específicamente en: Medicina Veterinaria, Biología o Psicología. Además, cada disciplina aborda el tema desde diferentes perspectivas, así: La Veterinaria abarca las enfermedades físicas y mentales de los animales, lo que permite realizar un diagnóstico más profundo; puede llamarse Etología Clínica. La Biología aplica la Etología desde la investigación y la preservación de los animales y su ecosistema para entender su evolución. La Psicología lo estudia desde el análisis de la mente, los comportamientos y el relacionamiento con el espacio y los demás. Por eso, es importante resaltar que la Etología no es exclusiva de los veterinarios, sino que cada una de las disciplinas mencionadas puede abordar esta especialización. Lo que sí es importante es que para tener el título de etólogo o etóloga es necesaria una certificación universitaria de un postgrado, sea maestría, especialización o doctorado. Aunque una persona con un diplomado en el tema puede prestar ciertos servicios de modificación de conducta de Etología Aplicada en algunos procesos, sigue sin considerarse un profesional en Etología. ¿Cuál es la diferencia entre Etología y la psicología comparada? Estos dos términos no son equiparables, la Etología es una ciencia como tal, mientras que la psicología comparada es la forma que se aborda la comprensión de un tema a través de la comparación entre especies. La psicología comparada nos ayuda a entender a la especie y nos sirve para ejemplificar las diferencias y similitudes entre perros, gatos, humanos y demás animales a la hora de aprender. En este sentido, la Etología es independiente de este tipo de psicología porque tiene unos métodos y objetivos propios que no requieren de herramientas comparativas para entender el comportamiento de los animales. ¿Qué hacemos en Maestríanimal? Abordamos la Etología aplicada al comportamiento de perros y gatos con el fin de promover y garantizar el bienestar de los animales y de nosotros los humanos. De esta manera, lo que hacemos no es únicamente adiestrar o entrenar sin un propósito claro, lo que busca la Etología es comprender la raíz o el porqué de las conductas de los animales y realizar una intervención integral que mejore su estado emocional, su salud mental y la relación que tiene con el entorno. ¡Conoce más sobre nuestra experiencia como etólogos aquí! Si deseas seguir aprendiendo estos conceptos de manera sencilla y sobre el comportamiento de tu peludo, te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales como @maestrianimal. ¡Llevamos la ciencia a lo cotidiano!
- ¿Por qué es importante jugar con mi mascota?
El juego es una herramienta vital para el desarrollo de todos los animales a lo largo de la vida, incluidos los humanos. Aquí te contamos porqué es importante jugar con tus mascotas. Correr, saltar, perseguir, sin juguetes o con ellos, al aire libre o en la casa; jugar con tus mascotas siempre es una actividad divertida y especial para liberar energía o descargar el estrés y la ansiedad. Con esto, tenemos claro que el juego puede variar según diversas condiciones y ambientes, pero siempre cumple el papel de ser una actividad lúdica que estimula, divierte y aporta al desarrollo social y conductual de tu peludo. Para lograr esto es importante que tengas presentes las diferencias entre las necesidades de juego de un perro y un gato. El juego para tu perro Cumple un papel primordial en los fundamentos de la conducta social. Por ejemplo, en el caso de los perros jóvenes, los prepara para la vida adulta, pues les ayuda a poner en práctica todas las estrategias de comunicación y dinámicas sociales que necesitan para relacionarse con su misma especie y con las demás. Adicionalmente, les permite adquirir habilidades para: Manejar su lenguaje corporal Leer el contexto de diferentes situaciones Comprender las jerarquías grupales Una vez alcanzan la vida adulta, el juegos sigue siendo parte importante de su repertorio conductual, ya que contribuye a liberar sustancias químicas de bienestar (endorfinas), disminuyendo la ansiedad y el estrés y afianzando los lazos sociales con otros individuos tanto intra como interespecíficos, es decir, de la misma y de distintas especies. El juego para tu gato También tiene una connotación especial para los gatos, ya que el juego social, únicamente está presente en las primeras semanas de vida y una vez superada esta etapa se centra principalmente alrededor de la conducta depredadora. Esto les permite practicar los rituales de cacería, depredación, posturas de acecho, persecución, captura de la presa, entre otras conductas. Por lo tanto, les ayuda a mantenerse alerta y a estar siempre preparados por si en algún momento necesitan usar sus habilidades. Incluso, si se trata de un gato que vive en una casa o apartamento. Los gatos son unos de los animales en los que las conductas de juego perduran con fuerza incluso en la edad adulta. Se consideran parte fundamental de su repertorio conductual normal, y suelen incluso utilizarse para medir el grado de bienestar de los felinos. ¿Cuándo jugar con mi animal de compañía? En la vida natural, los perros pueden pasar hasta diez horas diarias caminando, trepando y explorando. Mientras que cuando conviven con nosotros estas actividades suelen ser muy pocas. Lo mismo ocurre con los gatos, en los que la conducta de depredación puede llegar a abarcar hasta el 70 % del tiempo que permanecen despiertos. Por eso, las sesiones de juego con tu perro o gato ayudan a: Romper con el aburrimiento Evitar el sedentarismo Regular su energía Mejorar su estado de ánimo Mantenerse en forma Afianzar el vínculo Debes saber que para jugar con tus peludos no hay un máximo de tiempo establecido, pero sí es recomendable hacerlo diariamente mínimo durante quince a veinte minutos. ¡Ojo!, es importante aclarar que este tiempo mínimo es solo de juego y se separa de otras actividades como las caminatas o la alimentación. Además, ten presente que el momento perfecto para divertirse no existe, lo más importante es la motivación y disposición por parte de ambos. No te apegues a horarios ni despiertes al animal, procura que sea un momento ameno. Por ejemplo, para los perros que tienen hábitos diurnos, como los humanos, jugar durante el día es la mejor opción. En cambio, para los gatos, que son una especie de hábitos más nocturnos, suele ser más recomendado jugar en el final de la tarde o inicio de la noche pues suelen estar más receptivos. Entonces, ¿qué pasa si no jugamos con ellos? Cuando a los perros y a los gatos no se les permite jugar, sobre todo mientras son jóvenes, pueden presentar dificultades para socializar y crear vínculos. La falta de esta interacción dificulta el aprendizaje de elementos fundamentales como: Inhibición de la mordida: qué tan fuerte debe ser la mordida cuando juega, come o agrede. Inhibición de las garras (para felinos): en qué circunstancias usar las garras y en cuáles no. Inhibición de la actividad: desarrollo de la estabilidad emocional e identificación de cómo actuar según la situación. Asimismo, no podemos perder de vista que más que un elemento de aprendizaje, es también la oportunidad para fortalecer la relación y el vínculo afectivo que nos une a nuestra mascota. Si no se juega, el vínculo puede deteriorarse porque no se trabajan mecanismos que lo refuercen. El juego como premio ¿Sabías que el juego también puede usarse como reforzador? Es decir, puede ser la motivación para que tu perrito o tu gato aprendan lo que quieres enseñarles, ¡todo desde el bienestar! Jugar con él, tener palabras clave para felicitarlo, darle trozos de comida e, incluso, acariciarlo son una forma de premiar a tu mascota luego de una acción o conducta adecuada. Explora e identifica cuáles son los juegos que más disfruta tu mascota, busca que sean prácticos para acompañar ese comportamiento que deseas enseñarle o reconocerle. Eso sí, si tu mascota realiza una conducta que no quieres que repita, no deberías premiarlo o, en este caso, jugar con él en ese momento hasta que deje de llevarla a cabo. ¡A jugar con tu mascota! En definitiva, los animales practican estas interacciones sociales para poder entender los límites que existen entre las diferentes relaciones y especies, así reconocen cómo interactuar con el otro y con qué intensidad deben hacerlo de acuerdo con cada situación. En Maestríanimal somos expertos en Etología y estamos para guiarte en el bienestar de tu mascota, recuerda que a través de estos espacios de diversión y esparcimiento contribuyes a su sano desarrollo. En nuestro Curso de Buenos Modales Caninos ampliamos cómo utilizar el juego como premio para educar a tu perro y otras herramientas que puedes utilizar para lograr tener un perro que sabe comportarse en cualquier situación. Y tú, ¿ya jugaste con tu peludo hoy?
- ¿Cómo sé si mi mascota necesita terapia?
¿Sientes que tu mascota se comporta de manera extraña? Algunos perros y gatos presentan problemas de comportamiento y pueden necesitar terapia, aquí te explicamos cómo identificarlos y qué puedes hacer para lograr el bienestar de tu peludo. Con este tema es posible que te preguntes, ¿cómo sé si mi mascota necesita terapia? Una vez te haces este cuestionamiento, tal vez ya sea la primera indicación de que sí la necesita, pues cuando tu mascota comienza a comportarse de manera poco habitual, ¡seguro lo notas! Por eso, desde una intervención integral podemos encontrar soluciones que mejoren su comportamiento y, por ende, su salud mental, estado emocional y relación con el entorno. ¿Cómo sé si mi gato o mi perro tiene problemas de comportamiento? Un problema de comportamiento puede identificarse si se presentan conductas o situaciones que sean: Peligrosas para el animal. Es decir, conductas atípicas y compulsivas como arrancarse el pelo, herirse a sí mismo, comer piedras o pasto, entre otras. Peligrosas para las personas que lo rodean, principalmente problemas de agresividad con otros animales o humanos. Comportamientos que impiden una convivencia en armonía con los humanos como problemas de eliminación de desechos o ladridos excesivos. Haciendo uso de las herramientas que nos proporciona la Etología Aplicada podemos comprender y mejorar estas conductas. Es muy importante consultar cuando percibes que tu mascota tiene conductas atípicas o que sus emociones están alteradas, un experto te dará un diagnóstico y dará comienzo a la terapia ideal para el bienestar de tu peludo. Diferencia entre adiestramiento y Etología Aplicada Muchas veces es fácil confundir e, incluso, utilizar como sinónimos estos dos conceptos, pero no se refieren a lo mismo. La Etología Aplicada tiene el objetivo de mejorar el comportamiento y el bienestar de los animales. Para lograrlo se nutre de varias herramientas, algunas de ellas son: Adiestramiento o, mejor dicho, la modificación de conducta Enriquecimiento ambiental Terapias complementarias, por ejemplo, la musicoterapia Para que sea más claro, adiestrar a tu mascota enseñándole algunas órdenes, comandos o trucos puede llegar a ser muy útil porque te permite comunicarte mejor y te brinda control frente a algunas situaciones. Sin embargo, el adiestramiento es un proceso al que no debes recurrir como solución a problemas conductuales o de manejo emocional ya que no indaga en la raíz del problema o en el porqué de su comportamiento. En otras palabras, está bien hablar de adiestramiento en perros estables y tranquilos, pero no debe de ser usado para combatir conductas atípicas o problemáticas como la agresividad, las fobias, las alteraciones del apetito, las estereotipias o vicios, las conductas destructivas, ansiosas o las mencionadas en el punto anterior. Para iniciar terapia con tu perro o tu gato necesitas… Si deseas iniciar un proceso de terapia con tu peludo, te recomendamos tener en cuenta los siguientes elementos para vivir un proceso de aprendizaje agradable y exitoso: Sé paciente. No tendrás resultados inmediatos, el proceso de mejora a veces puede sentirse como una montaña rusa con sus altos y bajos, se necesita tiempo y persistencia. Ten disponibilidad. Debes practicar con tu mascota de manera juiciosa y constante. Además, es clave que las personas involucradas en la cotidianidad del animal hagan parte de la terapia. Mantén tu mente abierta. Este será un proceso de aprendizaje para ti y tu peludo, cambiar hábitos y hacer cosas nuevas es crucial. Recuerda que la escucha, la disposición y el compromiso son piezas necesarias durante el tratamiento. Para que tu peludo ponga de su parte, ¡tú debes hacer lo mismo! En Maestríanimal te compartimos información útil para el cuidado de tus peludos. Encuentranos en Instagram, Facebook y Youtube como @maestríanimal, síguenos para conocer más contenido, mitos y recomendaciones. Además, próximamente iniciaremos un Curso de Buenos Modales Caninos, inscríbete aquí (poner enlace Hotamart) ¡Te esperamos!










